El conflicto es la opción automática cuando persiste la exclusión, la injusticia más básica. El silencio y el olvido, lo muestra la historia, nunca funcionan a la larga.
La política trata sobre el poder. El Estado es la herramienta para usar la violencia por derecho, para salirse con el propio gusto, no importa lo que quieran los demás.
Esto no es novedad, siempre ha sido así. En Roma, Londres, Beijing o Tikal, para llegar al trono, el pretendiente mataba a su padre y traicionaba a sus hermanos. Ya en el poder, desconfiaba de todos, sus amigos los primeros. Cuando envejeciera, su hijo le clavaría el primer puñal y empezaría de nuevo el ciclo fatal.