Educación es tanto función de reproducción social y nacional, como individual. Lo que ocurre en el hogar no logra escapar de lo que pasa en las instituciones sociales y del Estado.
Hace una semana, Fritz Thomas publicó en Prensa Libre una columna que distingue entre “Estado educador” y “Estado que educa”. El argumento es errado y espurio.
El argumento yerra por partir de la separación de los artículos constitucionales 71 (Derecho a la educación), 73 (Libertad de educación y asistencia económica estatal) y 74 (Educación obligatoria), sin considerar que todos juntos y con el resto de la Constitución, mandan y explican la responsabilidad educativa del Estado.