lo que debe ocuparnos como ciudadanos no son esos intríngulis morales, sino la intención y la capacidad del Estado y sus instituciones de cobrar las responsabilidades debidas por los individuos cuando realizan acciones que riñen con las leyes y con el bien común.
Alfonso quiere pasar la página, que olvidemos la corrupción descarada durante su guardia, pues ya pagó sus cuentas con cinco años de cárcel (aunque haya sido a los gringos). Lo que importa, dijo en el aeropuerto, es hoy.
Edmond Mulet quiere pasar la página, que olvidemos las ¿ilegales? (bueno, dejémoslo en ilícitas) acciones que tomó como abogado, hace ya tantos años, tramitando visas para «bebés turistas» y así saltarse la barda de los controles contra el tráfico de niños. Lo que importa, dice, es que buscaba el bien de los pequeños y que los cargos fueron sobreseídos.