Encontrar soluciones eficaces exige aprender de lo que ya funcionó, y el pasado habla con elocuencia: concentrarnos obsesivamente en la secundaria, ampliar explosivamente los servicios públicos educativos en este nivel, hacerlos más eficientes.
Para aprender importa más una buena pregunta que desvelarse buscando la mejor respuesta. Nunca más cierto que al enfrentar los retos del sector educativo.
Vista por sus resultados, sin duda la educación tiene problemas. Ni 6 de cada 10 estudiantes completan los nueve grados que manda la Constitución. Pocos van a la preprimaria o al diversificado. Peor aún, entre los que van a la escuela, pocos aprenden algo. Menos aún aprenden a pensar.