Usted va al restaurante y el mesero le entrega el menú. Escoge el pollo con arroz. No se le ocurriría decir que es más «pollero» que «resista», más «arrocero» que «papista». Simplemente tiene más ganas de comer pollo que de comer res, y acepta el arroz porque viene incluido en el plato.
Imagine que visita un restaurante de bufé, donde le entregan un plato y puede tomar lo que quiera. Al terminar de servirse podría tener en el mismo plato un trozo de pollo, otro de res, algo de arroz y una papa. Eso no lo haría un «centrista» cárnico o del almidón, nomás indicaría que quería de todo un poco y podía tomarlo. Un auténtico centrista tendría que moler el pollo con la res, cosa poco apetecible.
(más…)