En vez de perseguir estúpidos sueños fálicos y montar banderas con símbolos liberales de guerra y unidad por las armas, ¿por qué no honrar al ciudadano?
Al saber de los 54 metros de altura del asta y la asistencia del Presidente, la Vicepresidenta y el Ministro de la Defensa en su presentación, alguno podría cuestionar con razón para qué necesitamos una mega-asta en una brigada militar, por qué estamos gastando plata en semejante bobada, quién la pagó, quién la fabricó y cuánto costó. Sin embargo, a mí lo que me provoca la noticia es un acceso terrible de vergüenza ajena.